BRANCO, el perrito que nació con Apanot
Definir lo que ha sido BRANCO para Apanot y para Karmen, para
que las personas que nunca le conocieron es muy difícil, pero sin duda
sería algo así como el motor de un coche, la pata de una mesa, un pulmón
para poder respirar. Branco ha sido la vitamina, la esencia, la fuerza,
las ganas de luchar, la mano que levanta al que se cae, ha sido uno de
los seres más importantes para la presidenta de Apanot.
Siendo
cachorro, Branco llegó a las manos de Karmen hace ya 11 años, cuando ni
siquiera se había pensado en crear la asociación. Se han acompañado
mutuamente por cada lugar, cada rincón, hasta llegar a lo que conocemos
hoy en día como Apanot. Me atrevería a decir incluso que ha sido como su
segundo hijo.
En Marzo se le detecto un Carcinoma (una
forma de cáncer) y hubo que tomar la dura decisión de dejar continuar el
cáncer hasta su cuerpecito dijera ¡basta!, o luchar por él, teniendo en
cuenta por su avanzada edad, el grave riesgo que con llevaba una
operación. Era imposible quedarse con “qué hubiera pasado si…”, así que,
al igual que se ha luchado siempre por el bienestar de cada uno de los
peores casos que han llegado al refugio, con el abuelete no iba a ser
menos! Así que finalmente se le amputó una de sus patas traseras, la
recuperación fue dura, pero su familia, Karmen, Nils y Amadei estuvieron
con él en todo momento.
Casi mes y medio después, un
domingo como cualquier otro, al llegar al refugio, absolutamente todos
los voluntarios nos quedamos perplejos, anonadados, incrédulos,
ojipláticos… ante una imagen. Branco, con sus tres patitas, salía
corriendo juntos a todos los cachorros y pequeñajos a disfrutar de su
paseo matutino. Corría como un adolescente, nadie era capaz de recordar
que hacía una semanas, teniendo sus cuatro patitas, no era capaz de
levantarse.
Branco estuvo recibiendo diversas sesiones de
quimioterapia, pero tal y como nos habían advertido los veterinarios, su
operación le daba meses de vida pero no nos daban esperanza de mucho
más. Branco se despidió del mundo en brazos de su familia, de quienes
lucharon por él hasta el último momento, de los que no se rindieron y
buscaron darte TODO. La noche del martes 14 de agosto, pasaste a formar
parte de ese pedacito de cielo que cubre las noches de Apanot, ese que
se compone de estrellas brillantes que representan a cada uno de los
perritos y gatos especiales que un día pasaron por el refugio.
Gracias
Branco, porque sabemos que nos seguirás cuidando desde lo más alto,
Burda, Andrea y Balú ya te echan muchísimo de menos, tus grandes
compañeros… Siempre te recordaremos acostadito en tu colchón, con tu
balde de agua para tus baños en los días de calor, tus días de escapada
en busca de mininos (como te gustaba correr detrás de ellos!), tus
paseos por los montes de Icod con la cabecita pegada a la pierna de tu
paseante… Son tantos los buenos momentos que nos diste, que esta es la
imagen con la siempre te recordaremos, al menos para muchos, fue el día
que más feliz te ví.
Hasta siempre campeón!
“(…)
La muerte nunca es el final, es un principio, un medio para el cambio,
un camino hacia la perfección (…) Pero es sólo una perdida física. Si
pensamos un momento, nos daremos cuenta de que somos mucho más de lo que
podemos percibir con nuestro cinco sentidos. Lo más importante, nuestra
esencia, la enseñanza, el ejemplo, las vivencias… eso sigue, y el lazo
de amor, de recuerdos y de momentos compartidos es tan fuerte que
permanecerá por siempre.”