Hasta siempre, pequeño SULEIMAN...
Su débil y menudo cuerpito no aguantó las secuelas que le dejaron sus primeros meses de abandono, y aunque se hizo todo lo posible, desde ya es una estrellita más que ilumina el trocito de cielo que cubre APANOT. Sabemos que desde arriba velarás para que tus compis sí puedan disfrutar del hogar que tú, injustamente, nunca llegaste a conocer.
D.E.P., pequeño SULEIMAN.