BROWNIE, dulzura con sabor amargo
Nuestro pequeño bizcocho de chocolate, pura energía y ganas de vivir te caracterizaban, además de una mirada seductora y enamoradiza.
Apenas la vida nos dio un mes para conocernos, pero no fue lo suficiente para encontrarte un hogar calentito en donde seguir creciendo. Unos nacen con estrella y otros estrellados, por desgracia tu estrella tenía el destino escrito, un destino amargo y triste, con el que aún, no logramos hacernos a la idea.
BROWNIE nos ha dejado para siempre, los ángeles se enamoraron de él y nos lo robaron sin decisión, sin posibilidades de hacer mucho más por ti.
Siempre nos quedará el consuelo de no te fuiste con hambre, con sed, ni abandonado, ni triste, ni solo...
Cuidanos desde lo más alto compañero, prometemos seguir salvando vidas al igual que lo hicimos en su día contigo, prometemos no rendirnos ni flaquear en los momentos más difíciles, lo haremos por ellos, lo haremos por ti.
Hasta siempre dulce BROWNIE.