Apareciste tú solito en los alrededores del refugio, flacucho, muerto de miedo, pero con una mirada tan peculiar.
Desde el minuto uno, tu nobleza sería tu peor arma para estar en un jaulón. No encajabas, todos te atacaban, no sabías defenderte, llegando por último a terminar en el jaulón de los pequeñitos. Un podenquito enorme, entre tanto renacuajo... Desde que llegaste, no pensábamos en otra palabra que "urgente".
Hoy ese urgente se ha hecho realidad, porque de nuevo, una vez más, los lunes traen muy buenas noticias. Por fín alguien ha decidido que formes parte de su vida, que mereces lo mejor, y que Mimo (podenco adoptado en Apanot en 2011) necesitaba un compañero de juegos.
Te vamos a echar mucho de menos flacucho, pero sin duda ahora toca SER FELIZ.
Enhorabuena BIG DAD, por fin ¡Lo has conseguido!