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Menta era la princesa del jaulón |
MENTA, Mentita, llegó a APANOT en septiembre de 2008, hasta ese momento vivía totalmente abandonada y tenía claros síntomas de haber sido maltratada y estaba muy, muy delgada, era una peluda ya mayorcita. Una vez en el refu, en seguida la fue a parar al jaulón de los podencos, una más, que no se metía en líos… ni muy bonita ni muy fea, ni muy cariñosa ni muy arisca, en los famosos Preparados Listos Ya, quedaba en el centro del pelotón… una podenca que pasaba desapercibida. CUATRO años pasó en APANOT, era una de las veteranas, la princesa del refugio, una ya casi abuelita cuando se vino de acogida a La Laguna, era agosto de 2012, ya le tocaba empezar a vivir la vida que se merecía.
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Durante su acogida, se descubríó la dulce perrita que dejaba
atrás una vida muy dura |
Una vez fuera del estrés constante que representa para cualquier perro un refugio, Mentita sacó a la abuelita dulce que tenía dentro, cariñosa sin excesos (tampoco había que exagerar), pero buena y obediente a rabiar… sólo tenía un fallo, que su instinto de cazadora hacía que no se le pudiera soltar, si olía un rastro ya no atendía a razones… y si la prueba de soltarla se hacía en una zona de malpaís, entonces conseguir cogerla se hacía muy complicado.
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Adoptada en noviembre de 2012 pasó a disfrutar de su propio trono |
En La Laguna ya se olvidó totalmente de su anterior vida como “Zaragoza”, un nombre muy de perra de caza, y de las incomodidades de compartir un jaulón un una panda de podencos “desnortados”, ahora vivía con Jara y con un gatito, Valentín, en una ciudad y estaba lista para un hogar definitivo.
En noviembre de 2012 Celia se puso en contacto con nosotros, quería conocerla, se había enamorado de sus fotos y de lo que le contamos de ella; lo buena que era con niños, con otros perros, con gatos, lo tranquila y dormilona que estaba en casa… y no le importaba que ya fuera una casi abuelita de 8 años.
Así, la que empezó siendo una perra de caza, pasó una temporada abandonada y extremadamente delgada después de seguramente haber sufrido maltrato, y continuó cuatro años en un jaulón, convirtiéndose en una invisible para todos los visitantes, tras unos meses de adaptación en La Laguna, pasó a ser la reina de una casa en San Miguel.
En su hogar tenía varios hermanos peludos, Corso y Molly, una huerta para buscar todos los lagartos del mundo, unos arbolitos bajo los que dormir siestas, un sillón para dormir, y una familia que la tapaba por las noches para que durmiera tranquilita.
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Justo antes de Navidad, Celia disfruta de la compañía de su familia peluda |
Mentita pasó sus dos últimos años de vida feliz, con una familia que la adoró, unos hermanitos peludos que respetaban y un sillón para ella sola, además de un puñado de gente que estaba deseando verla, besarla y saber de ella, ¿algo más podía desear?, seguramente nada más, nosotros tampoco.
Menta ayer, repentinamente enfermó, le fallaron las patitas y se quedó como ida, la llevaron corriendo al veterinario y hoy cruzó el arco iris. Siempre es triste cuando una de nuestras peludas más queridas nos deja, pero nos queda el consuelo de que lo hizo tranquila, acompañada y llena de amor, habiéndose olvidado de toda aquella vida anterior que la dejó tan cascadita.
Ahora cuidará de sus hermanitos peludos Corso, Molly y Vicentita (también apanotera y adoptada recientemente), de su papis y hermanos, de Karmen, Nils y de todas aquellas personas que la quisieron, también de sus compis del refugio. ¡¡Buen viaje Mentita!!