"LIMA". Amadrinada, por Soledad Bureo, por Mª Ascensión y por Franck Boutet.
Llegó a APANOT apenas comenzando el año y fruto de una casualidad; mientras buscábamos a Limo por la zona de Las Galletas y Las Rosas (en el sur de la isla), recibimos un aviso, ¡lo habían visto por Cabo Blanco!, así que nos desplazamos a la zona. Sin embargo, rápidamente nos dimos cuenta de que no era Limo el peludo que andaba por la zona, era una podenquita de orejas gachas, extremadamente asustada, que rondaba siempre la misma calle, pero no se dejaba coger, no dejaba que nadie se le acercara. Después nos enteramos que una de las razones era que precisamente su experiencia en el barrio no estaba siendo lo que se dice placentera; patadas y agresiones trataban que alejarla de la zona, sin embargo, por alguna razón, había algo que la retenía allí.
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LIMA en su nuevo hogar, en la imagen, con Donuts |
El viernes 9 de enero, cuando ya íbamos a irnos, de nuevo sin tener rastro de Limo y sin haber podido coger a la podenca, vimos como cambiaba la actitud de ésta, con la llegada de un coche se ponía loca de contenta, de éste bajaba un chico que saludaba a la peluda y le daba de comer, era el “tipo raro que daba de comer a la perra esa”, ese detalle era el que hacía que la peluda considerara que merecía la pena soportar los malos ratos, las huídas y los gritos. Con su ayuda la metimos en el coche y la llevamos a APANOT, la bautizamos con el nombre de LIMA.
Su aspecto de fragilidad y su carácter asustadizo hizo que fuera una de las podencas mimadas, siempre en el jaulón de los peques, siempre cerca de Karmen, y a pesar de que fue mejorando, conservó esa reserva ante cualquier persona a la que no conociera bien, todo el tiempo alerta por lo que pudiera pasar, son las consecuencias de su durísima vida en la calle.
Hace unos días Celia subió al refugio a pasar un domingo con los hermanos peludos de sus podencas; Menta (d.e.p.), Donuts y Jara (Vicentita), duramente iba aguantando la tentación aunque la fragilidad de LIMA y un paseo con ella hicieron el resto.
Una semana después LIMA viajaba de nuevo al sur, a San Miguel, donde la esperaban Celia, Jose y sus peludas Molly (adoptada de Valle Colino), Donuts y Jara Vicentita (ambas apanoteras), una gran manada en donde comenzar a sentirse segura.
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De izquierda a derecha: Donuts, LIMA, Molly y Vicentita (Jara) ya preparadas para celebrar la Navidad |
Han pasado ya unos días y podemos decir que la adaptación está siendo perfecta, sólo ha habido pequeños problemas debidos a que LIMA no quiere separarse de Celia y le ha costado un poco entender que ella puede repartir cariño y amor a partes iguales entre las cuatro
hermanas, que siempre está ahí y que, por fin, está en un entorno donde puede relajarse y dormir tranquila.
Por fin la suerte ha sonreído a LIMA y estamos absolutamente seguros de que va a ser muy feliz.