Hasta siempre SODA
Tenías dueño, lo supimos desde que llegaste, pero jamás te identificaron y menos te reclamaron.
Eras tan buen perrito que vivías junto a el abuelo Risco cuidando del fuerte, hicisteis buenas migas.
Es la peor parte, la de tener que decir adiós y si es de manera injusta, más todavía.
Te fuiste sin poder despedirnos, así que lo haremos mediante letras y dejándote espacio en nuestros corazones y en ese pedacito de cielo icodense que alberga tantas estrellas apanoteras.
Gracias por conocerte, sentimos no haber llegado a tiempo para hacerte feliz.
Siempre SODA.