Una triste historia, adiós PULGA

Hay veces en las que uno no es capaz de dar crédito a la condición humana, en las que el comportamiento de algunos no es comprensible, acciones que una cabeza medianamente amueblada no puede entender. Todos los días vemos en las noticias o nos enteramos de cosas así, hoy también, aunque no quisiéramos, tenemos que contaros una historia de este tipo.

El martes pasado, día 14, apareció, seguramente llevaba unas cuatro, ¡CUATRO HORAS!, en el sillón que hay a la entrada de APANOT, acurrucada en una mantita sin siquiera gemir, cuando la vio Karmen. En ese sillón tan fotografiado, tan disfrutado por los peludos recepcionistas del refugio, había una pequeñísima Yorkshire, una peluda despelujadita de unos tres añitos de edad, alguien la había abandonado allí y ella, obediente, ni se había movido de donde la habían dejado.

Ya estábamos haciendo cábalas sobre cómo presentar a esta peludita tan adorable, la suerte que iba a tener porque seguramente de forma rápida iba a lograr una familia que realmente se la mereciera, cuando nos dimos cuenta de que algo iba mal, estaba muy, muy débil, así que, rápidamente, la llevamos al veterinario.
Nuestro veterinario, en vista de su estado, decidió dejarla ingresada y ella no pudo aguantar más y ayer se dejó morir, tranquila y dormidita dejó que la anemia pudiera con ella y cruzó el arco iris apanotero.

A PULGA la dejaron muy enferma, la abandonaron en un sillón esperando que otro se hiciera cargo, de nada le sirvió ser de pura raza, que probablemente se gastaran un buen dinero para comprarla, ahora sobraba, enfermó y ya no merecía que se gastaran un céntimo en curarla… al menos no la dejaron en un descampado, en una cuneta… esa preciosidad que fue y para su propietario dejó de serlo, pudo dejar este mundo tranquila, cuidada y recibiendo el aliento y el calor de unos brazos que apenas la acababan de conocer y ya la querían.

Descansa en paz pequeña.



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