LOLY merodeaba el refugio en agosto de 2013, estaba muy cuidada por lo que pensamos en un principio que estaba perdida. Sin embargo, nadie la reclamó así que pasó a estar en adopción. Inmediatamente fue reservada y adoptada, una belleza así llamó la atención tanto, que una familia residente en Acorán (Santa Cruz) decidió llevársela a su casa y cambiarle de nombre, se llamaría Lidia.
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grelos bajo las orejas de LOLY |
Todo parecía perfecto, eran recomendados y disponían de espacio suficiente. Sin embargo, el viernes 25 de este mes (dos años después de ser adoptada), nos llaman desde Hospivet Añaza, una perrita con el microchip a nombre de APANOT se encontraba perdida por la zona y debíamos ir a por ella, era LOLY.
En principio nos llamó la atención el aspecto de la peluda; grelos bajo las orejas y exactamente el mismo collar con el que salió del refugio, además no habían cambiado la titularidad del micochip. Conseguimos localizar a los adoptantes de LOLY y mandan a alguien a por ella. A esa persona nos cuenta que la perrita se ha escapado y ante nuestras preguntas dice que estaba bien cuidada, se le enseñan los grelos y se le insiste en que debe cambiar la titularidad del microchip.
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Collar y chapa con los que salió de APANOT en 2013 |
Al rato nos llama el adoptante de LOLY y nos pregunta que para qué hay que cambiar la titularidad del microchip, “pues porque la perrita es suya, ¿no?, es que la perrita le quita mucho tiempo y que entre los trabajos de ambos y las hijas no pueden sacarla ¿¿cuántas veces??, ¿¿dos o tres veces al día??, ¡imposible!, que habían pensado en que iban a devolverla, que la perrita es muy cariñosa y muy dócil, pero que no pueden tenerla.
En vista de lo oído y visto, no damos opción a que se retractaran, quedamos con ellos y recuperamos a LOLY. Evidentemente, no podía quedarse en esa casa ni un día más.
La historia de LOLY nos recuerda varias cosas:
1) No es conveniente fiarse de aquellos que se “enamoran instantáneamente” de un peludo que evidentemente sea muy guapo. En muchos de estos casos, únicamente se utilizan para vestir, luce tener un perrito guapo y elegante.
2) A veces, por mucho que sepamos que el perrito va a disponer de jardín y que lo veamos, tampoco nos podemos fiar del todo; puede que disponer de jardín le haga no poder entrar en la casa.
3) A veces, y va por nosotros, en nuestras ansias de encontrar hogar para los peludos, pecamos de tratar de convencer a personas que no son idóneas, ¡y las convencemos!, y no son idóneas. Pasa poco pero, evidentemente, pasa.
4) Casa grande= estará como una reina, bien cuidada y bien tratada. Tampoco siempre es así, los grelos de LOLY lo demuestran.
5) Es más seguro que un peludo “del montón” encuentre un buen hogar que uno de esos que llame la atención por bonito o por ser de raza, aunque éste segundo se vaya muy rápidamente del refugio y el otro esté demasiado tiempo.
Obviamente la suerte de LOLY no ha sido buena, dos abandonos en sus cinco años de vida, dos veces que pisa APANOT. Seguiremos luchando por ti, preciosa, ¡BIENVENIDA!
Si quieres acoger, adoptar o apadrinar a LOLY mándanos un mensaje a apanotenerife@hotmail.com o un privado a nuestro facebook.