Hasta siempre, PACIENCIA.
Una gatita que vivió las peores consecuencias de la vida en la calle. PACIENCIA perdió un ojo a consecuencia de una úlcera, llegó con pulmonía y problemas intestinales y, a pesar de todo eso, siempre nos mostró su lado más dulce.
PACIENCIA tuvo la suerte de encontrar una casa de acogida en la que recuperarse, donde cuidaron de ella y le dieron todos los mimos que ella se merecía.
Por desgracia, la vida no siempre es justa y PACIENCIA nos ha dejado demasiado pronto, justo ahora que parecía que se recuperaba.
Hoy queremos agradecer a Sara, su casa de acogida, haberle abierto las puertas de su hogar. Sabemos que ahora no hay consuelo, pero también sabemos que PACIENCIA no pudo tener un final mejor: rodeada de gente que la quería.
PACIENCIA, nunca te olvidaremos, contigo el cielo apanotero ha ganado una estrella muy brillante. Seguiremos contando tu historia hasta que consigamos acabar con la falsa idea de que los gatos viven bien en la calle. Hasta siempre, PACIENCIA.